domingo, 24 de abril de 2016

EL COMEDOR DE DIARIO (2)





 
    Heme aquí luego de más de un mes de descanso bloguero por razones electorales y de otra índole. Confieso que ha sido una temporada de inmenso trabajo. Empero, amables lectores, no pienso cesar en mis disquisiciones inmobiliarias. Conque ahora y lanza en ristre, vuelvo al ataque.

    En el post anterior destaqué que me parecía imprescindible contar con ese cálido rinconcito, en el que tomar los alimentos sea asimismo un espacio de acogida e intimidad doméstica.  Hice también hincapié en que la ubicación y posición del Comedor de Diario tiene que hacerse en forma tal, que brinde la sensación propia que da un HOGAR, no un Bar , Hotel o Restaurante, y menos un despreciable hostal no residencial (con todos los etcéteras que supone).  Esto para departamentos que serán ocupados por dos o más personas. Hoy quiero concentrarme en el Comedor de Diario para quienes vivimos solos. Y digo "vivimos" porque, a pesar de residir hace más de un año en el departamento de Andrés, no veo las horas de retornar al mío una vez recuperada completamente la salud, la cual de cuando en vez me juega malas pasadas. Me he manejado sola más de dos décadas. Y pienso continuar en tal independencia. Y como yo, cientos.

   
   El modelo de Comedor de Diario que encabeza este artículo tiene un diseño precioso, al menos para mi gusto. Cuenta con una iluminación envidiable y unas dimensiones diminutas, pero que invitan a gozar todas las mañanas de un delicioso desayuno, al tiempo que nos permite sentar a nuestra mesa a dos o más invitados para un almuerzo, lonche o cena todas las veces que queramos.  Si observan bien, gracias a su esquema "contra pared" en ángulo recto, es espacioso dentro de su pequeñez, ya que posibilita agregar una o dos sillas en caso de que sea mayor el número de nuestros comensales.  Los poyos de madera blanca que fungen de asientos hacen juego con los reposteros.  Planchas de zebra forradas en cuero y mullidos cojines brindan la sensación de hallarse en un sofá.  Y los colores tenues de estos últimos convidan al relax y descanso. ¡Es maravilloso! ¡Y muy barato!


   ¿Qué pasó con los bancos ergonómicos? Como mencioné anteriormente, los dejo para el Bar o para el Hotel y el Restaurante de paso.  No los recomiendo en los departamento, ni siquiera en los de solteros. ¿Razón?  Lo que afirmé tajantemente la vez pasada:


LA PERSONA QUE VIVE SOLA ES QUIEN MÁS NECESITA SENTIR QUE SU VIVIENDA ES 
UN HOGAR

  
    Se dirá que exagero y que estos razonamientos poco o nada tienen que ver con el diseño arquitectónico de los departamentos de solteros.  A lo que les respondo:


    Señores, ¿dónde estaría yo ahora si, después de la dura jornada de trabajo, hubiera sentido que regresaba a un Hotel o a un Bar y no a MI HOGAR???    La inclinación monjil y la misma vida de Oración no habrían servido de gran cosa con un ambiente desfavorable.  La DEPRESIÓN me habría hecho pedazos, tomando en cuenta que, al no haber podido realizar mi vocación de Consagrada, estoy en un mundo para el que no nací.  Ahora consideren lo que sienten otros que están SOLOS, frustrados, con miles de problemas sentimentales, económicos, laborales y sin los recursos espirituales que - con altas y bajas- a mí me han sostenido.


   Y calibren también si les importará conservar la buena apariencia del edificio donde se ubica el susodicho Bar.  Y si no celebrarán ahí saraos y festines no precisamente santos, riéndose olímpicamente del Reglamento Interno y provocando incomodidad y serios altercados con los restantes residentes.

 
    Es en los departamentos de soltero donde pienso que es preciso poner mayor empeño para convertirlo en el HOGAR de aquel que lo habite.  Quien sienta que la vivienda que ocupa es SU HOGAR, cuidará de ella como su posesión más preciada.  Y apreciará también el ornato de su edificio y las buenas relaciones con los vecinos.  ¡No hay pierde cuando le ofrecemos a la persona un cálido refugio, al que puede retornar todas la noches sin sentir el temor pavoroso a la Soledad!

     Lo digo por experiencia personal, señores.

   Está visto que el Comedor de Diario de un departamento de solteros sí puede reemplazar al Comedor común y corriente.  Es más: Dadas las circunstancias,  pienso que es recomendable que así sea, pues las sillas vacías pueden motivar sentimientos melancólicos al evocarnos una vida familiar que ya no existe, mientras  que el modelo contra pared -en especial en ángulo recto- minimiza ese riesgo.  Y me permito nuevamente hacer ciertas sugerencias para este cálido rinconcito personal:


    1. Color: Ha de ser de tonalidades claras y preferentemente blanco.  Nada he dicho si viene el cliente Comprador y quiere matices rojinegros luego de la Conformidad de Obra. El asunto estriba en que así se planifique y como tal se ofrezca en el brochure de venta.


    Les presento este otro diseño que me parece encantador:





     2. Tamaño:  El espacio debe permitir se sienten cómodamente tres o cuatro personas.  Convengo que es un poco difícil lograrlo en departamentos de menos de 40 m2.  Pero nuestros avispados Arquitectos son capaces de esto y de más todavía.  A las pruebas me remito:




     Cuando, por razones de espacio, el poyo se hace materialmente imposible, una mesa plegable viene de maravilla:




   Las hay más estéticas y delicadas, por cierto:




     Como puede verse, soluciones viables sobran para convertir "el Bar" y el "Hotel" en un HOGAR. Y el costo que supone implementarlo es mínimo, por no decir nulo, ya que no requiere de instalaciones especiales, sino simplemente de que se incluya en el plano arquitectónico del inmueble. Se puede ofrecer el plus del asiento de zebra y los cojines, con diseños diversos para que elijan hombres y mujeres, dependiendo quien sea el Comprador.

    Convertir el departamento de solteros en un HOGAR no es tarea de titanes, sino de Constructores conscientes de su misión y de lo más conveniente para nuestro rubro.

      Y créanme, señores: 

LOS MILLARES DE SOLTEROS LO AGRADECERÁN