jueves, 27 de agosto de 2020

¡VOY A ENLOQUECER SI SIGO TRABAJANDO EN CASA!!!



Teletrabajo-complicado


Amables lectores, indudablemente la pandemia de marras ha traído consigo un sinfín de situaciones imprevistas. La primera y más trágica de ellas: tener a los hijos en casa veinticuatro horas cada día.  La segunda: el home office obligatorio. Las cuarentenas son molestas por lo limitantes, pero el valor agregado a las mismas es la alborotada presencia infantil.  Porque no  me negarán que son los arcangélicos vástagos quienes están terminando de destrozar los ya alterados nervios parentales, haciendo más insufrible el encierro. La imagen que encabeza el post es los suficientemente elocuente. Y elocuente es también lo que escucho - más bien leo- aquí y allá, de manera directa o indirecta: 

¡Voy a enloquecer si sigo trabajando en casa!!!

No sé si debí nacer en la Edad Media o simplemente estoy fuera de foco. El hecho es que en mis tiempos idos los niños pequeños también permanecíamos confinados veinticuatro horas cada día con una madre a tiempo completo, pero que ejercía diligentemente su propio trabajo como ama de casa. Y conste que tengo recuerdos desde los tres años de edad, tiempo en que mi padre participaba activamente en la política. No existían guarderías, de manera que hasta los seis años -edad en la que iniciábamos la etapa escolar- no salíamos a la calle, salvo en momentos señalados,  y nunca sufrimos ataques de claustrofobia por ello. Comíamos lo que se nos ponía en la mesa. Y si alguno soltaba un no me gusta la comida, la madre en el acto le hacía callar con un ¡no te he preguntado si te gusta!  Ni por asomo osábamos interrumpir a mamá o papá en el trabajo, fuera profesional o doméstico. Correteábamos y jugábamos en espacios asignados. ¡Y pobres de nosotros si teníamos la osadía de asomarnos sin permiso cuando venía una visita! La inocencia infantil era respetada y los pequeños no escuchaban conversaciones de los mayores (1).  La televisión tenía un horario fijo. A las 9:00 pm todos íbamos a dormir. Y sanseacabó. Y todo esto en un departamento piso muchos más amplio que los de ahora, cierto. Solo que no se nos permitía estar en lo que hoy llamaríamos área social: hall, sala y comedor. Nuestros juegos se efectuaban en un patio largo que unía cocina con lavandería, así que el espacio infantil era bastante restringido.  ¡Y éramos cinco hermanos! Bueno, cuatro y un bebé - mi hermano Andrés- a partir de 1965.  

¡Qué épocas aquellas!  ¡Los tiempos cambiaron!, me dirán mis lectores. Y yo digo que no. No cambiaron los tiempos: Cambiaron las personas. Y cambiaron las personas porque cambió la educación. Y cambió la educación porque cambiaron las exigencias y las redujeron al mínimo. Y ahora en esta crisis global pagamos las consecuencias de tal desatino. ¿Qué hacer entonces?

Vistas las circunstancias, creo que en lugar de lamentar amargamente por lo mal que va el mundo, resulta más saludable armonizar lo bueno de ambas épocas, rescatando las sanas costumbres del pasado y asumiendo los avances del presente. Antes había autoridad parental y hoy son los niños los que imponen sus reglas a punta de chillidos y pataletas. Antes no había internet  y hoy se recurre a esta para trabajar y cursar los estudios escolares y universitarios. Hasta el pasado mes de marzo las viviendas eran poco menos que hoteles, donde padres e hijos solo pernoctaban luego de largas jornadas de estudio y trabajo fuera de casa; y ahora padres e hijos permanecen juntos y encerrados debido a la pandemia. Es vital, entonces, una reestructuración de roles y patrones de comportamiento dentro del Hogar, pues de otra manera no solo peligra la salud mental, sino el sustento diario. Concentrémonos en este último. Por eso me permito sugerencias puntuales, en particular para quienes son trabajadores dependientes. Y si a alguno le parezco retrógrada y dictatorial, solo me resta acotar que todos son libres de pensar lo que les plazca, así como yo de escribir lo que escribo.

1. Organiza tu Hogar. Entendamos esto: TÚ ERES EL ADULTO, no tus hijos, salvo que ya se valgan por sí mismos. Es a ti  a quien corresponde poner las reglas, no a ellos. Y aun siendo mayores de edad, si viven contigo han de respetar tu normas. No olvides que La Familia es la primera escuela de virtudes sociales (2). No tienes derecho a exigir que la sociedad funcione si tu casa es un caos. 

 El Decálogo del Desarrollo señala como prioridades el Orden y la Limpieza. Esto rige para personas y espacios. Y supone un horario para levantarse y acostarse, para el estudio y trabajo on line, para los quehaceres hogareños compartidos y para el esparcimiento. Con mayor razón por los riesgos de contagio, es vital que asignes roles de responsabilidad a tus hijos, acordes a su edad.  El que tengan que traer el desinfectante, rociar el alcohol en las manos de sus padres, tender sus camas, pelar zanahorias, recoger la basura, etc. le hará experimentar que son parte activa de la organización familiar. Fatal equivocación es convertirlos en parásitos domésticos que solo saben estorbar. La foto de arriba representa muy bien la educación que convierte a los hijos en monstruos de egoísmo.

2. Organiza tu espacio de trabajo. Y que este sea sagrado y vedado para los niños pequeños. Papá y mamá están trabajando ha de ser frase tajante que marque los límites. ¡Y no me salgan con que los angelitos se van a traumar! ¿Acaso se les permite molestar durante la escena cumbre de la telenovela (3) o la final de la Champions??? Es más: justamente por su seguridad personal ante las instalaciones eléctricas y sanitarias del inmueble, es necesario que el niño entienda que hay lugares en los que no le está permitido transitar. De hecho la misma cuarentena ha traído a colación este concepto.

Un error muy común que veo en las fotos que representan el home office es la madre o el padre digitando la laptop con una criatura en el regazo. ¡Qué forma tan absurda de enseñarle a respetar el trabajo adulto! Seamos realistas: Nadie puede concentrarse en su trabajo profesional teniendo un bebé en brazos. Al final malcrías al hijo, echas a perder tu trabajo y acabas con los nervios hechos paté, con el agravante de que una labor profesional mal hecha puede traer como consecuencia que pierdas el empleo. Mientras estás teletrabajando, ninguna persona debería estar a tu alrededor, salvo que sean adultos que estén lo suyo sin estorbar, o bien un hijo ya mayorcito haciendo sus tareas. 

¿Y cuál es el lugar apropiado? Eso lo tendrás que ver de acuerdo al lugar donde vives. En El Derby yo me sentaba en el sofá de la sala y colocaba mi notebook en una mesa plegable. En el departamento donde resido ahora tengo un escritorio dentro de mi habitación. Y si cierro mi puerta, bien saben Carlos y la propietaria que no estoy para nadie, menos si he avisado que tengo webinar o atención virtual a clientes. Igual ocurre cuando ellos cierran las suyas.

 3. No permitas que  cuarentenas y toques de queda relajen el decoro. Esto valga para la vestimenta y los modales. Hay quienes creen que estar "entre casa" da luz verde al descuido y la vulgaridad. Todo el día están en pijama, no se afeitan o no se arreglan, no tienden sus camas, dejan ver on line ropa y trastos tirados aquí y allá  ¡y hasta toman sus alimentos en plena reunión virtual con extraños! ¿Qué es esto??? ¡El Hogar no puede convertirse en un antro bajo ningún concepto! Báñate a diario, como lo hacías antes de la pandemia, cepilla tus dientes luego de cada comida, ordena tu habitación y siéntate frente a la computadora solo cuando todo esté limpio y en su lugar. Que otro tanto hagan los que residen contigo. Usa ropa cómoda, pero decente. No descuides nunca tu presentación personal. Ten tu mesa de trabajo con todos los útiles de oficina a la mano y en un solo organizador, que para esto hasta los vasos de Starbucks sirven. 

4. Silencia los grupos de Whatsapp, Facebook y otras redes sociales, al menos mientras teletrabajas. Yo no entiendo cómo pretenden guardar la calma aquellos que reciben y envían mil notificaciones por minuto. ¿Y cuál es el contenido urgente?  Que si la modelo tal fue encontrada in fraganti con el futbolista cual, que el amigo preparó una parrillada en su casa de playa, o que el Dr. Frankensteinfurter ha descubierto por fin la vacuna anticovid... A diario la red se congestiona irresponsablemente con una requetefila de videos, noticias falsas, mensajes divinos y augurios del fin del mundo. ¿Cómo no enloquecer con un mejunje así??? 

Yo he optado por utilizar el WhatsApp y Facebook exclusivamente para asuntos de trabajo. Abomino el uso frívolo de los medios virtuales y no permito que llenen mis bandejas con trivialidades. Incluso tengo el celular en modo de vibrador y no percibo sonido alguno ni siquiera en las llamadas. No te pido que hagas algo similar, ya que las redes tal vez sean tu único ámbito de esparcimiento; pero sí que en aras de tu paz mental dejes de estar pendiente del último tweet que publicó tu vecino. Silenciar los grupos es facilísimo, ya que las redes tienen mecanismos para ello. La dispersión es el peor enemigo de la concentración. No lo olvides.


5. Cuida tu alimentación e higiene mental. Ingiere los nutrientes que necesita tu cuerpo y bebe mucha agua.  Piensa que es el momento ideal para que tus hijos pequeños perciban que es preciso comer lo que alimenta, independientemente de que nos guste o no. ¡Y quién mejor que tú para darles ese ejemplo! Siéntate a la mesa con tu familia sin portar el celular y no permitas su uso mientras toman los alimentos. Ahora con la pandemia no hay excusas para no comer juntos. Si tú y los tuyos son creyentes, dirige la oración de acción de gracias antes de tomar los alimentos. Y no sigas hablando del trabajo o mencionar temas desagradables sobre la situación actual. ¡Mira tú que el mismísimo Don Vito Corleone jamás hablaba de negocios en la mesa ni frente a los niños! (4) 

Sal a caminar solo o acompañado, guardando las medidas de seguridad sanitaria. Si decides trotar, hazlo con cuidado, ya que estarás aspirando el aire viciado por partida doble debido a la mascarilla. Unos ejercicios de estiramiento te evitarán el dolor de espalda por las largas horas frente a la computadora. Dicho sea de paso, no es bueno que estés frente a esta dos horas y sin levantarte del asiento. Selecciona los noticieros menos sensacionalistas, tanto en la televisión como en Google. Y si ves algún programa de televisión, que no acreciente tus tensiones ni exacerbe tu agresividad. Toma en cuenta que hoy más que nunca precisamos buscar aquello que nos calme y alimente nuestra esperanza en un futuro mejor.

Finalmente, no me queda sino recordarte que esta pandemia no se irá tan fácilmente. La realidad es como es y solo nos resta adaptarnos. Mas no debemos permitir que nos robe la esencia de nuestras vidas. A pesar de todas las dificultades, hoy tienes a tu lado veinticuatro horas cada día  a quienes probablemente habías descuidado antes de la pandemia:  TUS SERES QUERIDOS. Dicen que el Nuevo Orden Mundial busca desaparecer la institución familiar y que el Covid-19 ha sido fabricado ex-profeso para ello. Sea cual fuere la verdad de todo esto, de nosotros depende que salgamos de esta crisis fortalecidos como Personas y como Familia.


¿Estás de acuerdo conmigo? Te invito a manifestarlo en este blog o en Facebook.


Notas aclaratorias

(1) Esto en líneas generales. No se está negando los terribles casos de abuso perpetrado por criminales.
(2) Benedicto XVI nos lo recordó en reiteradas ocasiones.
(3) Cuando Ligia Elena le dice a Luis Felipe que espera un hijo de Carlos Alfredo. Pero que está tan enamorada de Juan José, que se va a casar de blanco y por la Iglesia con Alberto Javier, desafiando las iras de Andrés Gilberto. ¡De estos insultos a la inteligencia humana se alimenta nuestro pueblo!
(4) Escena de la película El Padrino, minuto 3:10. Hacer click aquí



domingo, 16 de agosto de 2020

REFLEXIONES EN CUARENTENA (5)





¡Ave María! ¡Cómo pasa el tiempo! ¡Son más de tres meses desde que escribí la última vez!

Interrumpí estas Reflexiones en cuarentena por dedicarme a preparar el webinar que di el pasado 28 de mayo. Luego estuve -y sigo- con las campañas publicitarias y las atención on line a clientes. Encima dicté un taller titulado Medios virtuales: bendición, no obstáculo, dirigido a agentes inmobiliarios, en especial a quienes -como yo- van de sesenta a más y no piensan salir de casa para no infectarse. Continué con mis campañas publicitarias, cerré alquileres valiéndome de videoconferencia y videollamadas WhatsApp... Y sigo en el empeño inmobiliario, ahora con la cuarentena dominguera.  Así que a duras penas logro respirar. Y creo que la mejor imagen que puedo dar sobre este aislamiento voluntario es justo la que encabeza este artículo,  porque trabajo el doble que antes con mi laptop y a veces incluso hasta más de las diez de la noche. Conque haceos una idea.  Dicho sea de paso, no entiendo cómo algunos se atreven a afirmar que con teletrabajo el esfuerzo es menor  y, por tanto, la paga debería rebajarse.  Los desafío in situ a que hagan lo que yo durante un día, a ver si aguantan y sin terminar con la columna hecha paté.

Pero volvamos al tema al tema de fondo, señores constructores. Recordarán que largo se ha disertado en los cuatro anteriores post sobre los problemas que ha suscitado esta crisis en el sector vivienda, al tiempo que se planteaban soluciones viables que permitirían paliar en buena parte aliviar la situación. Gracias a Dios, los proyectos inmobiliarios se están reactivando. Con todo, no deja de ser problemático para quienes levantan edificios en las zonas RDA y RDMA ofrecer ciertas áreas comunes,  que de suyo no van a poder ser utilizadas debido a las circunstancias actuales. ¡Menudo lío para quienes ya vendieron los departamentos con tales agregados, porque en la práctica no les queda sino continuar! Con todo, veo posibles replanteos sin alterar sustancialmente lo ofrecido en el marketing y las minutas de compraventa. Cada empresa de la construcción decidirá qué tan factibles son, desde el punto de vista técnico y legal. 

Van algunas ideas para las áreas comunes. La primera es definitivamente fuera de lo común:


1. Área de descanso para el personal que laborará en el edificio. Esto es un espacio donde haya dormitorios y baños, que permitan al personal de recepción y/o vigilancia pernoctar en el edificio, mientras otro cubre su puesto en la madrugada. Y no me salgan con que estoy desfasada, señores. Razones sobran para pensar en estos ambientes. Recuerden ustedes que el virus bendito ha concentrado sus iras en los barrios populosos, que es el hogar de buena parte de quienes trabajan en los condominios. Nos cuenta un amigo de la infancia que la Junta de Propietarios de donde él reside -un elegante edificio frente al Parque Bella Luz- ha tenido que habilitar un cuartito en el sótano,  para evitar que el vigilante vaya y venga, lo cual reduce el riesgo de contagio en gran forma.  ¿Y dónde podrían ubicarse los dormitorios? Con unos cuantos arreglos creo que en el gimnasio,  ya que este suele incluir baños para los residentes deportistas del predio. Esto abarataría costos al constructor. Y sería factible volver al diseño y uso originalmente previstos una vez superada la pandemia de marras. Vean si no:



Este gimnasio pertenece al edificio "Meridian", del Grupo IMAGINA. Asumo que continúa fungiendo como tal, pero que en estos momentos debe estar cerrado. Si dejan correr su imaginación, verán que no sería difícil acondicionar sobradamente uno o dos dormitorios "de emergencia", divididos por paneles, ya que el área es amplio, muy iluminado, ventilado y discreto. Queda sobreentendido que habría que redactar un exigente Reglamento Interno para el correcto uso de dichas áreas. Nótese, además, que no se sacrificaría el ambiente recreacional, pues sobraría espacio para los máquinas y equipos. Con esto, señores constructores, ustedes estarían en paz con Dios y con la ley... y con ciertos exigentes compradores, a los  que poco o nada les interese la salud de las personas y exijan a grito partido el  sacrosanto gimnasio, así este permanezca por cerrado los siglos de los siglos. 


2. Área de paseo al aire libre para los residentes. ¡Ay, lectores míos, que esto se necesita casi como el aire! 

Me explico: La cuarentena han hecho que nos ocultemos en casa y prácticamente no recibamos la luz del sol, salvo aquellos que tenemos dormitorios orientados hacia el este o el oeste. Es así que no se disfruta del aire puro y las defensas orgánicas se vuelven flojas, pues pierden costumbre de luchar contra virus y bacterias del ambiente.  Encima, el estrés está haciendo verdaderos estragos en el ánimo de la gente. ¿Cómo arreglar esto? ¡Con áreas de paseo internas, así sean de cemento!. Con un poco de imaginación es factible instalar jardineras de fácil cuidado y sembrar flores y arbustos de interiores aquí y allá, dando una hermosa y relajante vista. Miren esta belleza que vi en awfrance.com:






Estas jardineras parecen diseñadas ex profeso para el distanciamiento social. Verdad que ameritarían un  material más resistente, pues parecen algo deterioradas por la humedad. Con todo, no me negarán que el ambiente se respira limpio, apacible, y fácil de mantener con un simple manguerazo. La imagen deja entrever, además, unas bellas flores enredaderas o algo así, que presumo decorarán coquetamente todo el muro. Pero si resultan complicadas para el mantenimiento -en especial ahora que no abunda la mano de obra por la emergencia sanitaria- unos sencillos arbustos a lo largo de la pared solucionan el problema:





La foto la tomé hace años, cuando recién llegué al Condominio El Derby. El césped es sintético, lo cual hace mucho más fácil y barato el mantenimiento. Verdad que siempre he despotricado por los ruidos molestos que sufrí en dicho predio a partir del segundo semestre del 2015, pero justo es reconocer las bondades de su estructura y ambientes interiores. Paseando por estas áreas me llegué a recuperar del todo de ese famoso tratamiento que por poco y me lleva al Parkinson. 

¿Juegos infantiles?  Dadas las circunstancias, no los recomiendo. Pero si se ofreció en el marketing, ni modo: habrá que considerarlos ya que son fácilmente removibles y no generan mayor gasto para su compra y conservación si se guardan en almacén.


3. Ascensores panorámicos. Por regla general son más holgados y ventilados que los tradicionales, amen de que dan muchísimo caché.  Si se orientan hacia el exterior de un edificio con vista a parque o hacia los jardines interiores, el público se enamorará de ellos a ojos vistas. Y no se diga que son inviables: Grupo Encuadra instaló uno en el edificio Almenara de Barrio Médico allá por el 2013 y en verdad quedó muy bien. Y conste que es directo y para 22 departamentos. Esta fue la perspectiva de la fachada:






Me habría encantado presentarles tal como se ve ahora en Google Maps, pero no se aprecia debidamente el ascensor por la ubicación del edificio. En compensación les muestro el modelo que ofrece Thyssenkroupp Elevadores (1) :





¿Y qué hacemos con las otras áreas más comunes, entiéndase piscina, gimnasio, sauna, sala de televisión y/o cine, sala de internet y cuanto hay?  Pues... ¿qué les puedo decir? 

Me comentaba hoy mi hermano Carlos que para el 2022 se habrá superado la crisis y, por tanto, no sería necesario descartar estos ambientes para los proyectos que se entreguen en dicho año. Le argüí que no podemos asegurar qué pasará para ese entonces. Aunque también es cierto que hay clientes que igual buscan estos espacios, con pandemia o sin ella, y doy fe de ello. Y  como no he salido de casa y no se nos permite a los agentes visitar proyectos, no sé a ciencia cierta si las constructoras han optado por variar en algo sus áreas comunes, pues no he visto nada de esto en la publicidad de tales empresas.  Lo que sí observo es una tendencia a distribuir mejor y más equitativamente los ambientes de cada departamento, en especial los dormitorios. ¡Ya era tiempo de que así se hiciera! 

Señores constructores si la gente compra y hasta insiste en las famosas áreas comunes de esparcimiento, ¡adelante, que más luego es tarde! Pero si estas se convierten en obstáculo, algo habrá que replantear. Un buen estudio de mercado arrojaría luces sobre la  materia. Y solo he visto una o dos inmobiliarias lanzarse en esta tarea. Deseo de todo corazón que sea la miopía y no la realidad la que me esté haciendo ver dicho panorama.

Por último, permítanme agregar algo más: regalar cuotas iniciales o negociar departamentos antiguos como forma de pago no lo percibo como solución cuando las operaciones tardan. No olvidemos que -en no pocos casos- son los bancos y los abogados de los compradores quienes las traban y hasta las hacen caer.  La burocracia insufrible de algunas entidades financieras se ha agudizado con la pandemia y me ha arruinado dos cierres hechos. Y sabemos que la impericia de ciertos profesionales del Derecho en materia inmobiliaria genera mucho temor en los clientes que les consultan. Por todo esto sugiero calma y objetividad al analizar las verdaderas causas de la baja en las ventas.  Repito lo que afirmé en el webinarcada proyecto es diferente y creo que hay que evaluarlo por separado, en lugar de hacer concesiones apresuradas a nivel de empresa, todo en aras de vender.  No permitamos que la ansiedad dirija las decisiones y termine colapsando lo que es nuestro medio de vida.

Culmino estas Reflexiones en cuarentena esperando sus amables intervenciones en este blog o en Facebook.


Notas aclaratorias:
(1) Para más información hacer click aquí