Nuevamente volvemos a nuestras reflexiones sobre el Comprador Responsable.
Lamentablemente, en estos convulsionados tiempos no es fácil encontrar un Comprador Responsable en el sector inmobiliario con los rasgos enumerados en el artículo anterior. Humanos somos, con el agravante de que son los usos y costumbres los que marcan la impronta del ethos de nuestro pueblo. Aceptémoslo: El peruano promedio no es previsor. Sin ir más lejos, nuestra proverbial desidia se ha hecho patente una vez más, y nuevamente estamos pagando las consecuencias de los desastres naturales previsibles. Y no se culpe solo a la indolencia e irresponsabilidad de los gobiernos de turno. Urge contribuir para que la Negligencia sea erradicada a la brevedad posible de nuestra idiosincrasia y a eso apuntan estos post. Espero de verdad que mis palabras sean entendidas en esta línea y no se interpreten como ofensa y menos como desprecio.
Vayamos al tema que nos ocupa desde la semana pasada:
1. El Comprador Responsable consulta con los suyos sobre el inmueble a adquirir. Sabe muy bien que el entusiasmo puede obnubilar su criterio y que cuatro ojos ven más que dos. Si se trata de un inmueble en reventa, visita la propiedad por lo menos dos veces, escuchando atentamente el parecer de quien es más conocedor de distribución, acabados e instalaciones fijas y permanentes, así como la facilidad para la conservación y limpieza de los mismos. Tratándose de un inmueble bien futuro, solicita planos y los examina con sus familiares y/o socios. Y cuando busca una vivienda pide el parecer de quienes habitarán en esta, mas nunca comete el gravísimo error de dejar la elección y/o la decisión de compra en manos de sus menores hijos, que no tienen ni la madurez ni la visión de lo que necesita la Familia.
¡Ay, lectores míos! Me temo que otra vez estoy tocando no carne, sino médula.
Ríos de tinta virtual podrían correr para referir los casos en que el capricho de adolescentes ¡y hasta de niños! han motivado al Jefe de Familia a comprar lo que no debía o a descartar lo que convenía a todos. Se me viene a la memoria el caso de dos esposos que parecían ser los hijos de su hija de 15 años. Llegaron al departamento que ofertaba mi hermano y era ella la que veía y opinaba, mientras que los padres no decían ni pío. Por lo que habían referido a mi hermano, ese era el departamento que necesitaban, pero la caprichosita mocosa no daba el visto bueno. Luego de unos días se les llamó y al hacérseles notar que estaban desperdiciando una oportunidad que difícilmente se presentaría otra vez, solo atinaron a decir:
-¡No, señor! ¿Y qué va a decir nuestra hija?
Dejando a un lado que en un futuro no muy lejano esa misma hija se convertirá en mujer maltratada, dado que inconscientemente estará a la búsqueda de los adultos que le pongan límites, yo me pregunto y hasta ahora no me respondo: ¿Es posible que una decisión vital para la Familia se deje a la veleidad de una adolescente que no sabe ni dónde está parada???? Pues así fue. Increíble, pero cierto. Y no es el único caso. Mi mismo hermano me refirió otro en que la hija veinteañera -sin ningún pudor ni respeto- se sentó en las piernas de su padre y en presencia de todos le insistía con acento lloriqueante:
- ¡Papi, papi! ¡Yo quiero este departamento! ¡Yo quiero este departamento!
Y el papi aceptó, por encima incluso del parecer de su esposa, quien no estaba de acuerdo con dicha adquisición. Conste que estamos hablando de un señor muy respetable que pasaba los cincuenta. ¡De Ripley!
2. El Comprador Responsable compara antes de adquirir una propiedad. Y no solo números, ya que el inmueble bien puede justificar una inversión mayor. Visita propiedades similares en características, precio y zona, y examina diligentemente las bondades de cada una. Sopesa las instalaciones de una y otra, analizando las ventajas que a futuro le pueden traer. No se entretiene mirando los inmuebles que no se ajustan a sus requerimientos, antes bien exige a su corredor que le muestre únicamente aquellos que son acordes a su solicitud. Si por alguna razón cambia de opinión, informa de inmediato a aquél para que el rango de búsqueda se amplíe o reduzca y no se pierda el tiempo visitando lo que no va.
¿Y cuál es la cantidad recomendable para comparar? Pienso que mínimo tres y máximo siete. Esto en situaciones normales. ¿Y por qué no más, si sobran propuestas y tiempo para visitarlas? Porque el exceso marea y la decisión de compra se dilata por los siglos de los siglos, con el consecuente peligro de perder lo que realmente vale la pena. He tenido clientes que se han demorado meses en visitar propiedades aquí y allá. ¡Recuerdo una que visitó 24 departamentos para luego no comprar nada! ¿Y por qué? Porque cuando quiso retomar el inmueble número 7, este ya ha había sido vendido. Ni más ni menos. Ella había perdido ya la vigencia de la aprobación de su crédito hipotecario. Y nuestro trabajo e inversión devino en nada. Propietario, Compradora, Corredor y Sectorista, todos perdimos.
3. El Comprador Responsable decide la adquisición en un periodo razonablemente corto. Es consciente de que la volatilidad de la moneda puede tornar magro lo que ayer era un excelente capital. Toma sus decisiones como adulto que es, dejando a un lado la tentación de hacerse el interesante en alabanza de su ego. Negocia inteligentemente el precio a su favor y se reserva un tiempo prudencial para la decisión final, mas sin exponerse a perder el predio que ansía por una mala oferta o un descuido de su parte, con mayor razón si se trata de un inmueble bien futuro que pueden ganarle por puesta de mano. (1)
Lectores míos, hay Compradores... y compradores. La Inmadurez y Arrogancia pueden pasar cara la factura a quienes las ostentan. ¡Y vaya que hemos visto demasiado de esto! Todavía recuerdo a ese joven ejecutivo que perdió un magnífico departamento en una excelente zona y a un precio realmente excepcional. Contaba con el respaldo financiero de su madre e increíblemente demoró el trámite de su crédito por dar prioridad a un viaje de vacaciones a no sé dónde. Creo que esta fue la razón por la que la señora, enojada, le retiró su apoyo. Lo peor vino después, cuando nos llamaba una y otra vez para encontrar un departamento en alquiler... y no precisamente en un distrito A1. ¿Cabe algo más triste?
Cada vez que me detengo en estas reflexiones creo preciso que nos hagamos la pregunta de rigor: ¿Soy un Comprador Responsable? La imperfección es nuestra vestidura y las debilidades humanas suelen jugarnos muy malas pasadas a pesar de nuestra edad y aparente circunspección. Entonces, hagamos lo posible por MADURAR y comportarnos a la altura de lo que la situación exige. No olvidemos que la compra de un inmueble es la inversión más importante del ciudadano de a pie. Que sea la mejor o la peor o simplemente que llegue a ser nada, dependerá única y exclusivamente de él, no de otros.
¿Están de acuerdo conmigo?
Espero sus amables opiniones.
Notas aclaratorias:
(1) Tómese en cuenta que estos inmuebles son más solicitados por precio, inafectación al impuesto de alcabala, posibilidad de modificaciones no estructurales y, sobre todo, por tener categoría de "estreno".
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