domingo, 17 de diciembre de 2017

¿ERES UN BUEN CONSTRUCTOR? (4)




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Hoy vamos a continuar nuestras reflexiones acerca del Buen Constructor, esta vez concentrándonos en sus deberes hacia los vecinos de las zonas donde levanta sus edificaciones.

No dudo que me estoy retrasando un poco en la secuencia seriada de estos post, pero esta es una temporada de muchísimo y productivo trabajo, así que  no me quejo, con mayor razón porque estoy incursionando en una nueva faceta como Agente Inmobiliaria (2).  Suplico a mis lectores un poco de paciencia: El contenido total de estos artículos podrán apreciarlos dentro de muy poco y en armoniosa coherencia.  Entretanto, hoy toca afirmar:


1. El Buen Constructor obedece las Ordenanzas Municipales. Sabe que cada distrito tiene sus normas y ni por asomo se le ocurre pasarlas por alto.  Se informa al detalle sobre todo lo concerniente a horarios de trabajo permitidos, ruidos molestos, demarcación de zonas, vestimenta reglamentaria de su personal, ocupación de veredas y otros espacios públicos... Verdad que hay asuntos en los que, con o sin reglas expresas, las cosas caen por su propio peso, como el hecho instalar servicios higiénicos portátiles en lugares discretos, amén de no permitir que el personal de obra departa a grandes voces y casi en paños menores en las aceras o en los parques, menos todavía si cerca hay mujeres, niños y ancianos. El Buen Constructor se guarda mucho de provocar la inquina de los vecinos y la intervención del Serenazgo, antes bien sabe ganarse a estos con apropiadas estrategias.

¡Uuuuy, que ríos de tinta cibernética necesitaría para referir los incumplimientos de tan elementales directrices! Y esta vez referiré a lo que ocurrió en Urbanización Aurora allá por el 2012, si la memoria no me engaña, y muy cerca a donde yo vivía. 

Una constructora apareció como por encanto y de la noche a la mañana empezó los trabajos, sin tomarse la molestia de avisar siquiera. Miraflores es muy estricto, así que no cabe la excusa del no sabía o no creía que fuese tan grave. Mas lo peor fue que los obreros tomaban alegremente el parque para almorzar... y para molestar con expresiones subidas de tono a las mujeres que transitaban. Se armó la de San Quintín y fue así que dicha constructora se vio obligada a traspasar a otra la obra en cuestión.  ¡La guerra que le hicieron los enfurecidos residentes de la zona fue brutal! ¡Y gracias, que no hubo alguno que arreglara personalmente el asunto, pues más de uno es hijo o nieto de personas muuuy influyentes! Al cabo de unos meses, la empresa que tomó la posta llegó con la lección aprendida al milímetro: Se dio el trabajo de colocar carteles en un radio de 400 mts. -los vi incluso en la avenida-, notificando el inicio de la obra y pidiendo disculpas por las molestias que se pudieran ocasionar. Creo que incluso volantearon con la misma intención. Los Obreros se comportaron de manera ejemplar: A la hora del almuerzo ni se asomaban a la calle, recibían ordenadamente y en tapers los alimentos que les preparaba Jacquie Menú, (3) y solo salían limpios y ya completamente vestidos para retornar a sus hogares. Los ruidos molestos fueron minimizados al máximo, las mallas de protección se colocaron creo que por partida doble. los vehículos y maquinarias fueron estacionados convenientemente. No hubo ni la más mínima queja.

La Compostura y el Decoro no requieren de grandes inversiones. ¿Verdad que no?


2. El Buen Constructor evita el daño a las edificaciones contiguas. Desde la caída de piedras, arena u otro material de construcción hasta el debilitamiento de cimientos, muros y paredes. Sigue estrictos protocolos de seguridad que incluyen estudio de suelos, colocación de mallas protectoras y otros, al tiempo que se cerciora de que todas las medidas indicadas por el Reglamento se cumplan al pie de la letra. Y si, a pesar de las previsiones, resulta alguna avería, el Buen Constructor acude de inmediato a repararla, sin esperar quejas ni reclamos del perjudicado.

¡Ay!  ¡Me temo que hoy vuelvo a tocar nuevamente no carne, sino médula!

Por esas casualidades de la vida, me acabo de enterar de que un reconocido arquitecto -cuyos diseños son en verdad para quitarse el sombrero- ha ocasionado daños en la propiedad de una antigua cliente mía de seguros, todo al momento de la demolición. Y no es la única lindeza. Las quejas las vi en Facebook y, por lo que pude apreciar, la empresa hacía oídos sordos al justo reclamo de la joven señora y de los restantes vecinos. Algo similar ocurrió hace años con la casa una colega, cuando en su lujoso barrio sanisidrino se levantó un imponente hotel.  No es necesario recordar que negligencias de este tipo atentan contra la Seguridad y la Vida, tanto de los vecinos afectados como la del mismo personal que labora en la construcción. En consonancia con lo dicho en el artículo anterior, hacemos hincapié en que el Buen Constructor protege a propios y terceros, y no se ampara en el fútil pretexto de la antigüedad de las edificaciones para evadir su gravísima responsabilidad en la materia: La prevención ha de ser el doble en caso de que los edificios contiguos se estén cayendo a pedazos.  Huelga decir que espero que el mencionado arquitecto -quien opera en un bohemio distrito limeño- asuma por fin los gastos de reparación y aplique lo normado para evitar estropicios.


3. El Buen Constructor ejecuta diligentemente las obras de limpieza y remoción de escombros.  Y esto a diario, al margen de lo que ordene el municipio y por un simple deber de Justicia.  Mantiene limpias pistas y veredas y no permite que el polvillo de arena y cemento haga estragos en las viviendas aledañas. Es muy cuidadoso, en especial si la obra se ubica en medio de otras o cerca a colegios y lugares concurridos.  No espera que el desmonte se acumule peligrosamente en los rincones y menos en las áreas exteriores, antes bien procura que dicho material sea retirado de inmediato. Asimismo, el Buen Constructor no permite que el material sea depositado en medio de la calle, sino que asigna espacios idóneos para su conveniente almacenaje.

He de reconocer que mucho se ha mejorado en este aspecto. Siempre que paso por obras en ejecución, veo que hay personal que constantemente están echando manguerazos para que el polvo no se esparza, al tiempo que se procura dejar la vía lo más limpia posible.  Por otro lado, ya no se estila dejar columnas de ladrillos en media vereda, tal como ocurría en mis tiempos idos. Sin ir más lejos, fue la aparatosa caída de estos durante el terremoto del 74  lo que me enseñó a temer a los sismos.  De milagro los vecinos de ese lado del parque Bella Luz -que salían aterrados de sus casas- no resultaron lastimados. No lo creerán algunos, pero era costumbre descargar los ladrillos lanzándolos desde el camión, mientras otro obrero los recibía al vuelo en sus manos para apilarlos. ¡Qué bárbaros!!!  ¡Lo veíamos como lo más normal!  Cuando se construyó el segundo piso de nuestra casa, Carlos, Andrés y yo  - ¡sin cuidado alguno!!!- nos colocamos al lado del camión para mirar más de cerca el espectáculo.  Conque nada me extraña.  Pero he tomado conciencia de que tal sistema es verdaderamente aberrante y, por desgracia, todavía persiste en aquellos lugares donde la fiscalización es letra muerta.   

Indudablemente, graves son los deberes de quienes se dedican a la construcción civil, pues  muchos son los frentes que se abren al levantar una edificación, por simple que esta sea. El Buen Constructor no descuida ninguno, antes bien se aplica diligentemente en cubrirlos todos, asignando provisiones contables y personal suficiente e idóneo para que la obra culmine en paz y sin accidentes fatales. 

Y como ya es costumbre, espero sus amables comentarios en este blog o en Facebook.



Notas aclaratorias:
(1) La foto reproduce la edificación del proyecto Montagne, ejecutada por la Constructora Mallorca. Trabajan limpiamente, con rapidez, eficiencia. Doy fe de ello.
(2) Pertenezco a la plataforma virtual Punto de Encuentro Inmobiliario (PEI)Y junto a reconocidos colegas estamos logrando un nuevo modelo de negocio, bajo el auspicio de Grupo Enfoque.
(3) Mi hermano Carlos la llama así. Todos la conocen. Es institución en Aurora.


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