Hace un año dediqué dos artículos al Comprador Responsable (1), destacando su capacidad de previsión y planificación, las que lo llevarán a decidir la compra en un tiempo razonablemente corto. Hoy voy a concentrarme en el Comprador Indeciso quien, a pesar de no tener ni un átomo de mala voluntad, sí puede convertirse en un auténtica tortura para propietarios, corredores y sectoristas bancarios.
Aclaremos: No nos referimos aquí a los sabios adquirientes que sopesan con calma todas las consecuencias de la adquisición, sino a aquel que, sabiendo ya todos los pro y contra de los prospectos presentados, igual deja en stand by el proceso. El lema de esta persona parece ser: "Sí me gusta, pero..." y en no pocas ocasiones exaspera al propietario, quien llega a tomar como burla tanta dilación, con la consecuente caída de la compraventa. Por otro lado, el Comprador Indeciso corre el riesgo de espantar a su propio agente inmobiliario, ya que este interpretará como falta de seriedad el hecho que se dé largas a una negociación ya avanzada. ¡Y no se diga a su ejecutivo del Banco, quien corre el riesgo de hasta perder su puesto de trabajo si no cumple una cuota de ventas ante su entidad financiera! Entiendo que, salvo patológicas excepciones, el Comprador Indeciso no tiene la menor intención de hacer daño a nadie. Pero esto no quita el perjuicio que se ocasiona a sí mismo y a todos los involucrados.
¿Eres un Comprador Indeciso por naturaleza o por malas experiencias del pasado? ¿Sí? Entonces me permito darte estas recomendaciones, en especial si se trata de operaciones inmobiliarias:
1. Define bien tus requerimientos y presupuesto antes de lanzarte a la búsqueda. Esto supone todo un proceso de análisis con tus familiares o socios, amén de consultas con tu bolsillo y tus finanzas. Y una vez delimitadas tus necesidades, concéntrate en los inmuebles que realmente interesan. Pídele a tu agente inmobiliario que te presente solo las alternativas que se ajusten estrictamente a lo solicitado. No juegues con el futuro de tu familia o negocio, entreteniéndote con inmuebles que no calzan en el esquema previsto, menos todavía si ya está corriendo la vigencia de tu crédito hipotecario.
2. Toma en cuenta que no existe el inmueble perfecto. Todos tienen fortalezas y debilidades, sea por diseño, ubicación, acabados... Si es una primera venta de constructor, es común negociar para que ciertas modificaciones se incluyan en el precio, por lo que antes de descartar, es más razonable averiguar qué tan posibles son los cambios de tu preferencia. Tratándose de una segunda venta, no cometas el error de rechazar un buen prospecto por nimiedades como el color de las paredes, el tablero postformado de la cocina o el caño que gotea en el baño de visitas, salvo que las reparaciones y/o remodelaciones excedan tu presupuesto. Recuerda que es natural que un inmueble se deteriore a pesar del uso normal y cuidadoso, amen que el gusto decorativo de los propietarios no tiene que coincidir con el tuyo.
3. No visites un número excesivo de inmuebles. Ir de predio en predio sin rumbo fijo es agotador, estresa y embota la capacidad de selección, amén de que consume demasiado tiempo, arruinando la rutina familiar y los fines de semana. De todo lo que te presente tu corredor, cinco, siete y un máximo de diez prospectos son suficientes. Y una vez analizados, reduce tus opciones a tres. Te será más fácil elegir si disminuyes la cantidad de opciones, al tiempo que podrás sopesar mejor los beneficios y las imperfecciones de cada uno.
4. Tratándose de una vivienda, no dejes la última palabra a tus menores hijos. Lamentablemente esto se está haciendo costumbre. Soy testigo de excepción de cómo el capricho infantil o juvenil llega a ser determinante, por lo cual se descarta lo que en verdad se necesita y/o se adquiere lo que resulta inconveniente. Déjame recordarte que niños y jóvenes esperan de sus mayores autoridad y mando, lo cual nada tiene que ver con la tiranía y el maltrato. Si el bienestar de la Familia se quebranta por dejar el peso de la elección en tan inmaduros hombros, serán estos mismos hijos -y en un tiempo no muy lejano- quienes increparán a sus progenitores por esa falta de carácter que devino en desgracia. El adulto eres tú. Y es a ti a quien corresponde tomar la decisión de comprar o no comprar. No lo olvides.
5. Cuida tus intereses, pero haciendo ofertas razonables. Toma en cuenta que no hay nada que enfurezca más a un propietario -en especial si es un adulto mayor- que el menosprecio de lo que para él es tan valioso, y que probablemente le cuesta sangre desprenderse. Una oferta risible suele interpretarse como falta de respeto y puede provocar la ruptura de cualquier negociación. Es fundamental que domines a ese pequeño avaro que todos llevamos dentro, reconociendo que el dueño tiene el legítimo derecho a beneficiarse con la compraventa. Recuerda que ambas partes han de sentirse satisfechas, no solamente tú.
6. Una vez elegido el inmueble, ya no mires otros. Si por naturaleza eres Comprador Indeciso, no alientes este defecto tuyo ni permitas que tu agente lo haga. Esto no es obstáculo para volver a elegir entre las otras dos propuestas restantes, en caso de que la operación se caiga. Y si estas ya no estuvieran disponibles, elige entre las siete que dejaste atrás. No se te ocurra empezar de cero, pues estarías desperdiciando la oportunidad de adquirir aquello que más se acerca a tus necesidades y sentir estético. Asimismo, no olvides coordinar con tu sectorista para todo lo referente a tu crédito hipotecario, en caso de necesitarlo.
7. Coordina con tu agente inmobiliario para que se formalice la operación a la brevedad posible. Toma en cuenta que las palabras se las lleva el viento y que el propietario necesitará pruebas tangibles de tu interés en la compra. Si ves que dicho predio es lo que buscas, solicita la documentación pertinente para el estudio de títulos. Y una vez que tu abogado dé el visto bueno, separa el inmueble con un contrato de arras redactado o revisado por este mismo profesional. Con su anuencia, elige una notaría cercana al inmueble o a tu centro de labores, y sigue al pie de la letra sus indicaciones para que la propiedad se inscriba a tu nombre en Registros Público en el menor tiempo posible.(2) Asimismo, haz de efectuar la descarga del inmueble en la Municipalidad e inscribir el mismo en Alerta Registral.(3)
Como ves, no es tan difícil dejar de ser un Comprador Indeciso. Basta un poco de disciplina y método. Y también la voluntad de satisfacer tus necesidades sin hacer a un lado las ajenas. Convertirte de Comprador Indeciso en Comprador Responsable depende de ti. Está en tus manos. Y cuando lo seas, ten por seguro que te sentirás estupendo, con más seguridad en ti mismo y con el sano orgullo de haber elegido lo mejor para ti y para los tuyos.
Notas aclaratorias:
(1) Puedes leer los artículos ¿Eres un comprador responsable? (1) y ¿Eres un comprador responsable? (2)
Aclaremos: No nos referimos aquí a los sabios adquirientes que sopesan con calma todas las consecuencias de la adquisición, sino a aquel que, sabiendo ya todos los pro y contra de los prospectos presentados, igual deja en stand by el proceso. El lema de esta persona parece ser: "Sí me gusta, pero..." y en no pocas ocasiones exaspera al propietario, quien llega a tomar como burla tanta dilación, con la consecuente caída de la compraventa. Por otro lado, el Comprador Indeciso corre el riesgo de espantar a su propio agente inmobiliario, ya que este interpretará como falta de seriedad el hecho que se dé largas a una negociación ya avanzada. ¡Y no se diga a su ejecutivo del Banco, quien corre el riesgo de hasta perder su puesto de trabajo si no cumple una cuota de ventas ante su entidad financiera! Entiendo que, salvo patológicas excepciones, el Comprador Indeciso no tiene la menor intención de hacer daño a nadie. Pero esto no quita el perjuicio que se ocasiona a sí mismo y a todos los involucrados.
¿Eres un Comprador Indeciso por naturaleza o por malas experiencias del pasado? ¿Sí? Entonces me permito darte estas recomendaciones, en especial si se trata de operaciones inmobiliarias:
1. Define bien tus requerimientos y presupuesto antes de lanzarte a la búsqueda. Esto supone todo un proceso de análisis con tus familiares o socios, amén de consultas con tu bolsillo y tus finanzas. Y una vez delimitadas tus necesidades, concéntrate en los inmuebles que realmente interesan. Pídele a tu agente inmobiliario que te presente solo las alternativas que se ajusten estrictamente a lo solicitado. No juegues con el futuro de tu familia o negocio, entreteniéndote con inmuebles que no calzan en el esquema previsto, menos todavía si ya está corriendo la vigencia de tu crédito hipotecario.
2. Toma en cuenta que no existe el inmueble perfecto. Todos tienen fortalezas y debilidades, sea por diseño, ubicación, acabados... Si es una primera venta de constructor, es común negociar para que ciertas modificaciones se incluyan en el precio, por lo que antes de descartar, es más razonable averiguar qué tan posibles son los cambios de tu preferencia. Tratándose de una segunda venta, no cometas el error de rechazar un buen prospecto por nimiedades como el color de las paredes, el tablero postformado de la cocina o el caño que gotea en el baño de visitas, salvo que las reparaciones y/o remodelaciones excedan tu presupuesto. Recuerda que es natural que un inmueble se deteriore a pesar del uso normal y cuidadoso, amen que el gusto decorativo de los propietarios no tiene que coincidir con el tuyo.
3. No visites un número excesivo de inmuebles. Ir de predio en predio sin rumbo fijo es agotador, estresa y embota la capacidad de selección, amén de que consume demasiado tiempo, arruinando la rutina familiar y los fines de semana. De todo lo que te presente tu corredor, cinco, siete y un máximo de diez prospectos son suficientes. Y una vez analizados, reduce tus opciones a tres. Te será más fácil elegir si disminuyes la cantidad de opciones, al tiempo que podrás sopesar mejor los beneficios y las imperfecciones de cada uno.
4. Tratándose de una vivienda, no dejes la última palabra a tus menores hijos. Lamentablemente esto se está haciendo costumbre. Soy testigo de excepción de cómo el capricho infantil o juvenil llega a ser determinante, por lo cual se descarta lo que en verdad se necesita y/o se adquiere lo que resulta inconveniente. Déjame recordarte que niños y jóvenes esperan de sus mayores autoridad y mando, lo cual nada tiene que ver con la tiranía y el maltrato. Si el bienestar de la Familia se quebranta por dejar el peso de la elección en tan inmaduros hombros, serán estos mismos hijos -y en un tiempo no muy lejano- quienes increparán a sus progenitores por esa falta de carácter que devino en desgracia. El adulto eres tú. Y es a ti a quien corresponde tomar la decisión de comprar o no comprar. No lo olvides.
5. Cuida tus intereses, pero haciendo ofertas razonables. Toma en cuenta que no hay nada que enfurezca más a un propietario -en especial si es un adulto mayor- que el menosprecio de lo que para él es tan valioso, y que probablemente le cuesta sangre desprenderse. Una oferta risible suele interpretarse como falta de respeto y puede provocar la ruptura de cualquier negociación. Es fundamental que domines a ese pequeño avaro que todos llevamos dentro, reconociendo que el dueño tiene el legítimo derecho a beneficiarse con la compraventa. Recuerda que ambas partes han de sentirse satisfechas, no solamente tú.
6. Una vez elegido el inmueble, ya no mires otros. Si por naturaleza eres Comprador Indeciso, no alientes este defecto tuyo ni permitas que tu agente lo haga. Esto no es obstáculo para volver a elegir entre las otras dos propuestas restantes, en caso de que la operación se caiga. Y si estas ya no estuvieran disponibles, elige entre las siete que dejaste atrás. No se te ocurra empezar de cero, pues estarías desperdiciando la oportunidad de adquirir aquello que más se acerca a tus necesidades y sentir estético. Asimismo, no olvides coordinar con tu sectorista para todo lo referente a tu crédito hipotecario, en caso de necesitarlo.
7. Coordina con tu agente inmobiliario para que se formalice la operación a la brevedad posible. Toma en cuenta que las palabras se las lleva el viento y que el propietario necesitará pruebas tangibles de tu interés en la compra. Si ves que dicho predio es lo que buscas, solicita la documentación pertinente para el estudio de títulos. Y una vez que tu abogado dé el visto bueno, separa el inmueble con un contrato de arras redactado o revisado por este mismo profesional. Con su anuencia, elige una notaría cercana al inmueble o a tu centro de labores, y sigue al pie de la letra sus indicaciones para que la propiedad se inscriba a tu nombre en Registros Público en el menor tiempo posible.(2) Asimismo, haz de efectuar la descarga del inmueble en la Municipalidad e inscribir el mismo en Alerta Registral.(3)
Como ves, no es tan difícil dejar de ser un Comprador Indeciso. Basta un poco de disciplina y método. Y también la voluntad de satisfacer tus necesidades sin hacer a un lado las ajenas. Convertirte de Comprador Indeciso en Comprador Responsable depende de ti. Está en tus manos. Y cuando lo seas, ten por seguro que te sentirás estupendo, con más seguridad en ti mismo y con el sano orgullo de haber elegido lo mejor para ti y para los tuyos.
Notas aclaratorias:
(1) Puedes leer los artículos ¿Eres un comprador responsable? (1) y ¿Eres un comprador responsable? (2)
(2) Sobre el particular tengo unos audios que te pueden ser muy útiles. Escúchalos aquí.
(3) Alerta Registral es un sistema establecido por SUNARP para detectar cualquier movimiento o inscripción en la partida registral de tu inmueble. Es completamente gratuito. Puedes ingresar a la plataforma haciendo click aquí.
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