Hoy voy a tocar un tema no precisamente tabú, pero que a muchos todavía hace sonrojar: El hecho de que un miembro de la Familia se vea obligado a dormir en el sofá.
Seamos sinceros: Son pocos los Hogares- incluso en los sectores más pudientes- que alguna vez no se hayan visto obligados a convertir la Sala en lugar de descanso. El que un varón duerma en un sillón y apenas envuelto en una frazada es la imagen típica de una fuerte desavenencia conyugal, por ejemplo. Y la llegada de huéspedes inesperados - en especial si son cuantiosos en número- ha hecho que se improvisen camas aquí y allá. Sin embargo, no es materia de este post el hacer sugerencias para dichas eventualidades, sino para los casos puntuales en que alguno de los residentes del departamento no tiene cuarto donde dormir. ¿Les parece excepcional una situación así? Lamentablemente es más común de lo que cree y se da por múltiples razones, desde el hecho que el departamento resultó pequeño ahora que viene un nuevo bebé, hasta la desastrosa noticia de que uno de los Hijos retorna a casa o divorciado, o sin trabajo, o divorciado y sin trabajo, o sin trabajo y con todos los suyos. Estas coyunturas ponen en jaque los nervios de cualquiera, en especial de quienes siendo ya ancianos no están para lidiar con todo un regimiento de residentes imprevistos. Y se procurará salir del paso a cualquier precio. Mas en lances tales, lo que NO RECOMIENDO es precisamente que el sofá de la Sala se convierta en cama.
Alguno dirá que estoy más desnortada que de costumbre al soltar semejante afirmación. ¡Con lo cómodo que resulta si su consistencia es mullida, fuera de que resuelve un problema sin mayores complicaciones! Y ahí está el detalle, para hablar al estilo de Cantinflas: El problema no se resuelve, antes bien se genera uno mayor. Y para muestra un botón.
Detengamos nuestra mirada en la foto que encabeza este artículo. Vemos a un joven echado en un sofá - probablemente de la Sala -y abrazado a su laptop.(1) Asimismo, se aprecia -si bien de forma parcial - una mesa de centro sobre la cual el muchacho en cuestión ha colocado sus libros, su calculadora y una taza de café. Y que está cansadísimo es un hecho, porque la bebida no ha sido consumida. Por el estrato social que insinúa el ambiente, deduzco que esta situación es accidental y que el joven tiene su propia estancia para el descanso nocturno. Mas, ¿se imaginan si no fuera así? Querría decir que en ese sofá duerme y estudia, come y ve la televisión, chatea y recibe a los amigos. Querría decir que la persona - sea quien sea- perdería la privacidad y se vería reducida a un espacio ínfimo, que forzosamente tendría que compartir con el resto de la Familia, ya que la Sala es un área común en cualquier Hogar. Desde ya garantizo roces, pleitos y una abúlica indolencia en el desdormitoriado- permítaseme el término -, en especial si se trata de un "nini", es decir que ni estudia ni trabaja. Y como el Orden y la Limpieza - indispensables si queremos mantener un mínimo de decoro - se van a ver seriamente afectados, la Sordidez puede hacer su aparición en la peor de sus formas. Nada más chocante que percibir el humor del cuerpo impregnado en los muebles o ver tirados aquí y allá mantas y hasta ropa íntima. ¡A tal degradación se puede llegar cuando cada cual no cuenta con un espacio personal! Y conste que un extremo así no es privativo de los sectores C y D, pues en mi largo itinerario en los rubros educativo, asegurador e inmobiliario, he podido observar que este problema llega a darse incluso en los barrios más acomodados. Como reza el dicho popular: ¡Sucede hasta en las mejores familias!
¿Soluciones? Las hay, amables lectores, las hay. ¡Y muy viables! Pero se requiere el liderazgo de LA JEFA DE LA FAMILIA. Señoras, esta vez me dirijo a ustedes de manera particular. Si los profesionales del diseño son los abanderados que esbozan el mobiliario que las puede sacar del apuro, ustedes fungen de generalas. Nadie las puede reemplazar en esta labor. Por eso es que este artículo va dirigido de manera especial a quienes son EL CORAZÓN Y LA ORGANIZACIÓN DEL HOGAR.
Es preciso poner de relieve que, en la medida de lo posible, hay que evitar que el sofá de la Sala se convierta en cama permanente, en especial cuando se trata de un joven o un adulto. ¿Razón? La arriba explicada. Nada he dicho si se trata del sofá-cama de la Sala de Estar, pues para eso está. Pero el asunto radica en que la cama solo se utilice como tal, que el desdormitoriado sea el único que haga uso de ella y que resulte fácil ocultarla o trasladarla. Hay un sinfín de modelos. He aquí el más bueno, bonito y barato que conozco:
Este simpático sofá-cama individual me trae hermosos recuerdos de mis tiempos de laica consagrada, pues coloqué tres en la sala de mi departamento de Valles del Sur-Surco, donde residí cinco años. Verdad que nunca los utilicé para dormir. Con todo, alguna vez extendí dos en ellos para que Carlos y Andrés hicieran una buena siesta, luego de venir extenuadísimos de una larga jornada electoral en la que caminamos como nunca. Este mueble tiene bajo costo - hará unos tres meses que en Plaza Vea lo vendían a S/ 150.00 - y ahora viene con forro sintético resistente. Si se destina para el descanso, es preferible que durante el día no se use como asiento, pues la espuma generalmente no es de zebra y tiende a ceder con el peso del cuerpo.
¿Cama Comodoy? (2) ¡Recuerdo que dormí en ella buena parte del tiempo en que construíamos el segundo piso de nuestra casa, allá en el Parque Bella Luz! Es más aparatosa y requiere colchón de espuma zebra en caso de que vaya a ser utilizada por un adulto. Como es plegable, puede guardarse en un closet:
Eso sí: No se aconseja para una persona que esté subida de peso ¡Y descártese la de travesaños verticales, porque será tortura china si el colchón es demasiado delgado y hace que el cuerpo tome contacto con ellos! Me ocurrió en una Casa de Retiro y me vi obligada a colocar la espuma en el piso para poder descansar, que no es penitencia recomendable el privarse del buen dormir. ¡Doy fe que hacerlo en el suelo no es lo terrible que muchos suponen!
Alguno dirá que estoy más desnortada que de costumbre al soltar semejante afirmación. ¡Con lo cómodo que resulta si su consistencia es mullida, fuera de que resuelve un problema sin mayores complicaciones! Y ahí está el detalle, para hablar al estilo de Cantinflas: El problema no se resuelve, antes bien se genera uno mayor. Y para muestra un botón.
Detengamos nuestra mirada en la foto que encabeza este artículo. Vemos a un joven echado en un sofá - probablemente de la Sala -y abrazado a su laptop.(1) Asimismo, se aprecia -si bien de forma parcial - una mesa de centro sobre la cual el muchacho en cuestión ha colocado sus libros, su calculadora y una taza de café. Y que está cansadísimo es un hecho, porque la bebida no ha sido consumida. Por el estrato social que insinúa el ambiente, deduzco que esta situación es accidental y que el joven tiene su propia estancia para el descanso nocturno. Mas, ¿se imaginan si no fuera así? Querría decir que en ese sofá duerme y estudia, come y ve la televisión, chatea y recibe a los amigos. Querría decir que la persona - sea quien sea- perdería la privacidad y se vería reducida a un espacio ínfimo, que forzosamente tendría que compartir con el resto de la Familia, ya que la Sala es un área común en cualquier Hogar. Desde ya garantizo roces, pleitos y una abúlica indolencia en el desdormitoriado- permítaseme el término -, en especial si se trata de un "nini", es decir que ni estudia ni trabaja. Y como el Orden y la Limpieza - indispensables si queremos mantener un mínimo de decoro - se van a ver seriamente afectados, la Sordidez puede hacer su aparición en la peor de sus formas. Nada más chocante que percibir el humor del cuerpo impregnado en los muebles o ver tirados aquí y allá mantas y hasta ropa íntima. ¡A tal degradación se puede llegar cuando cada cual no cuenta con un espacio personal! Y conste que un extremo así no es privativo de los sectores C y D, pues en mi largo itinerario en los rubros educativo, asegurador e inmobiliario, he podido observar que este problema llega a darse incluso en los barrios más acomodados. Como reza el dicho popular: ¡Sucede hasta en las mejores familias!
¿Soluciones? Las hay, amables lectores, las hay. ¡Y muy viables! Pero se requiere el liderazgo de LA JEFA DE LA FAMILIA. Señoras, esta vez me dirijo a ustedes de manera particular. Si los profesionales del diseño son los abanderados que esbozan el mobiliario que las puede sacar del apuro, ustedes fungen de generalas. Nadie las puede reemplazar en esta labor. Por eso es que este artículo va dirigido de manera especial a quienes son EL CORAZÓN Y LA ORGANIZACIÓN DEL HOGAR.
Es preciso poner de relieve que, en la medida de lo posible, hay que evitar que el sofá de la Sala se convierta en cama permanente, en especial cuando se trata de un joven o un adulto. ¿Razón? La arriba explicada. Nada he dicho si se trata del sofá-cama de la Sala de Estar, pues para eso está. Pero el asunto radica en que la cama solo se utilice como tal, que el desdormitoriado sea el único que haga uso de ella y que resulte fácil ocultarla o trasladarla. Hay un sinfín de modelos. He aquí el más bueno, bonito y barato que conozco:
Este simpático sofá-cama individual me trae hermosos recuerdos de mis tiempos de laica consagrada, pues coloqué tres en la sala de mi departamento de Valles del Sur-Surco, donde residí cinco años. Verdad que nunca los utilicé para dormir. Con todo, alguna vez extendí dos en ellos para que Carlos y Andrés hicieran una buena siesta, luego de venir extenuadísimos de una larga jornada electoral en la que caminamos como nunca. Este mueble tiene bajo costo - hará unos tres meses que en Plaza Vea lo vendían a S/ 150.00 - y ahora viene con forro sintético resistente. Si se destina para el descanso, es preferible que durante el día no se use como asiento, pues la espuma generalmente no es de zebra y tiende a ceder con el peso del cuerpo.
¿Cama Comodoy? (2) ¡Recuerdo que dormí en ella buena parte del tiempo en que construíamos el segundo piso de nuestra casa, allá en el Parque Bella Luz! Es más aparatosa y requiere colchón de espuma zebra en caso de que vaya a ser utilizada por un adulto. Como es plegable, puede guardarse en un closet:
Eso sí: No se aconseja para una persona que esté subida de peso ¡Y descártese la de travesaños verticales, porque será tortura china si el colchón es demasiado delgado y hace que el cuerpo tome contacto con ellos! Me ocurrió en una Casa de Retiro y me vi obligada a colocar la espuma en el piso para poder descansar, que no es penitencia recomendable el privarse del buen dormir. ¡Doy fe que hacerlo en el suelo no es lo terrible que muchos suponen!
Cuando el tamaño del departamento lo permita, sugiero instalar aquí y allá sillones plegables que en el día sirvan más como decoración que como asiento. En este caso, el estilo contra pared ayuda mucho para dar cabida a estos muebles, situándolos aparte y de preferencia en un rincón y hacia una ventana o por donde circule mejor el aire. Presento uno que parece garantizar un sueño reparador. Me encantó por su sencillez y practicidad, con mayor razón porque la espuma puede voltearse después de cada uso para así conservarla mejor, además de que posee un forro fácil de lavar:
Sin embargo, los muebles más útiles para resolver el problema de espacio son las camas abatibles. Si lo que dicen en internet es cierto, están causando furor en Europa (3), ya que en esos lares es común que los departamentos sean más milimétricos que los de aquí. Desconfío de las soluciones foráneas, como bien saben ustedes, pero las aplaudo si en verdad son aplicables en nuestro entorno. Y estos muebles sí que lo son. Pueden instalarse tanto en las habitaciones cerradas como en los ambientes abiertos. Los hay de diversos estilos. Dado que en este caso no solo es cuestión de ganar sitio, sino de albergar decentemente a un mayor número de personas, me permito sugerir que se elijan los de apariencia discreta y concepto más funcional. Veamos una de estas camas abatibles - de diseño horizontal - y que a mi parecer sería preciosa para una niña:
Nótese que, durante el día, el mueble en cuestión no será un trasto inútil, antes bien tendrá un encanto decorativo muy singular. Y he aquí otro modelo para que se aprecie mejor cómo luce en ambos usos:
Indudablemente que en un departamento de menos de 100 m2 resultaría más complicado adaptar el modelo horizontal para jóvenes o adultos, de manera que para ellos creo que se acomoda más el de orientación vertical. Les presento este, que resulta muy práctico para que el adolescente tenga a la vez su rincón de estudio en espacio abierto:
Hay también otra solución más barata y no tiene pierde: La mesa baja rodante, hecha de madera y con cuatro compartimentos, a la que únicamente se le agregaría una colchoneta de buen grosor. Es polifacética, como podrán observar. La descubrí hace unas semanas y me pareció fabulosa. Un adulto se sentiría en las nubes:
Ahora bien, ¿en qué parte del Hogar habría que instalar el singular mobiliario? Obvio que en el más apropiado para descansar, evitando en lo posible que sea necesario arrimar otros muebles al momento de extender la cama. Empero, siempre será un lugar abierto. Y hacerlo notar es clave para que la misma persona sienta que su lecho nocturno no pertenece a dicha estancia y que, en consecuencia y previa ventilación, habrá de ser retirado o puesto en su postura original apenas despunte la mañana. Asimismo, el desdormitoriado debe tener la certeza de que será él y nadie más que él quien hará uso del mismo durante el día, esto en caso de tratarse de un sofá cama. Pienso que es la mejor manera de asignarle un espacio propio y, a la vez recordarle que ocupa un área común que durante el día debe respetarse como tal.
Y, según el caso, también será motivo para que el horario familiar se ajuste en tal forma, que se retorne a la sanísima costumbre de acostarse temprano. ¿No les parece?
Esta vez, señoras, son ustedes las que tienen la última palabra.
Sin embargo, los muebles más útiles para resolver el problema de espacio son las camas abatibles. Si lo que dicen en internet es cierto, están causando furor en Europa (3), ya que en esos lares es común que los departamentos sean más milimétricos que los de aquí. Desconfío de las soluciones foráneas, como bien saben ustedes, pero las aplaudo si en verdad son aplicables en nuestro entorno. Y estos muebles sí que lo son. Pueden instalarse tanto en las habitaciones cerradas como en los ambientes abiertos. Los hay de diversos estilos. Dado que en este caso no solo es cuestión de ganar sitio, sino de albergar decentemente a un mayor número de personas, me permito sugerir que se elijan los de apariencia discreta y concepto más funcional. Veamos una de estas camas abatibles - de diseño horizontal - y que a mi parecer sería preciosa para una niña:
Nótese que, durante el día, el mueble en cuestión no será un trasto inútil, antes bien tendrá un encanto decorativo muy singular. Y he aquí otro modelo para que se aprecie mejor cómo luce en ambos usos:
Indudablemente que en un departamento de menos de 100 m2 resultaría más complicado adaptar el modelo horizontal para jóvenes o adultos, de manera que para ellos creo que se acomoda más el de orientación vertical. Les presento este, que resulta muy práctico para que el adolescente tenga a la vez su rincón de estudio en espacio abierto:
Hay también otra solución más barata y no tiene pierde: La mesa baja rodante, hecha de madera y con cuatro compartimentos, a la que únicamente se le agregaría una colchoneta de buen grosor. Es polifacética, como podrán observar. La descubrí hace unas semanas y me pareció fabulosa. Un adulto se sentiría en las nubes:
Ahora bien, ¿en qué parte del Hogar habría que instalar el singular mobiliario? Obvio que en el más apropiado para descansar, evitando en lo posible que sea necesario arrimar otros muebles al momento de extender la cama. Empero, siempre será un lugar abierto. Y hacerlo notar es clave para que la misma persona sienta que su lecho nocturno no pertenece a dicha estancia y que, en consecuencia y previa ventilación, habrá de ser retirado o puesto en su postura original apenas despunte la mañana. Asimismo, el desdormitoriado debe tener la certeza de que será él y nadie más que él quien hará uso del mismo durante el día, esto en caso de tratarse de un sofá cama. Pienso que es la mejor manera de asignarle un espacio propio y, a la vez recordarle que ocupa un área común que durante el día debe respetarse como tal.
Y, según el caso, también será motivo para que el horario familiar se ajuste en tal forma, que se retorne a la sanísima costumbre de acostarse temprano. ¿No les parece?
Esta vez, señoras, son ustedes las que tienen la última palabra.
Notas aclaratorias al 24/11/2022:
(1) Esto es indicio de nerviosismo, estrés y hasta adicción a la internet.
(2) Las antiguas tenían resortes enganchados como sommier. Hoy las hay de barras verticales y horizontales de metal, así como de una plancha negra. Recomiendo las de barra horizontal.
(3) Lamentablemente el link del artículo donde obtuve la información ya no existe.
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