sábado, 6 de enero de 2018

¿PARA VIVIENDA O INVERSIÓN?







¡Heme aquí en este flamante 2018, amables lectores!  ¡Feliz año y que sea de lo mejor para todos y  cada uno!

He estado meditando mucho sobre los destinatarios de estos posts. Alguien por ahí me dijo que ya estuvo bien el escribir solo a los constructores y creo que no le falta razón.  Con que esta vez voy a dedicarme más a mis clientes puntuales, es decir a vendedores y compradores. Y para comenzar, me viene de perlas esa famosa pregunta que se hace a estos últimos, en especial si se trata de la compra-venta de un inmueble destinado a casa-habitación: ¿Lo quiere para vivienda o inversión?

De los artículos dedicados al Comprador Responsable (1) se concluye una verdad innegable: Que es a él - y no a otros- a quien corresponde prever las consecuencias de dicha adquisición. ¿Y por qué es necesario recordarlo? Porque he perdido la cuenta de las quejas por una mala compra, efectuada más por impulso que por reflexión. Asimismo e incluso en mi propia familia, hubo quienes se afanaron en amoblar a su gusto un departamento destinado para alquiler y resulta que luego no pudieron arrendarlo porque los prospectos no querían tales o cuales muebles, y lo que es peor: No había donde almacenar estos u otros enseres.  De ahí es que me veo precisada a recordar el alcance de los términos "vivienda" e "inversión", haciendo los deslindes del caso para efectos prácticos.

Veamos: Si se compra un inmueble para residir en él, es obvio que la adquisición ha de hacerse según las necesidades -no los caprichos- de quienes serán sus moradores. Y resulta harto irresponsable comprar un status sabiendo de antemano que será imposible mantenerse en él. He visto departamentos bellísimos que están muy maltratados y todo porque no alcanza el presupuesto para conservarlo en buenas condiciones. Y lo más triste es que, justo por tal precariedad presupuestaria, no se está en condiciones de socializar con los vecinos, dado que no es posible ni siquiera cumplir puntualmente con las cuotas de mantenimiento, amén de la diversidad de educación y costumbres. Comprar una casa o departamento para vivienda supone adquirir un espacio donde la Familia en general y la Persona en particular podrán vivir en paz y desarrollarse normalmente como tales. Bueno será recordarlo antes de tomar una decisión.

¿Y qué sucede cuando el objetivo es comprar para inversión? Que es harto común olvidar dicha intención en aras de los propios parámetros estéticos y sociales.  He tenido clientes que rechazaron prospectos fabulosos porque el departamento no tenía balcón o terraza, o simplemente no les gustaba que la calle tuviera bodegas cercanas. Cuesta hacer notar a estas personas que primero hay que pensar en las necesidades del futuro inquilino, quien probablemente no necesite terraza y balcón y que le vendría de maravilla tener negocios vecinales a la vuelta de la esquina. Cuando de inversión se trata, es preciso plantearse previamente el perfil del arrendatario y sobre esto hacer girar todos los considerandos, es decir la ubicación del inmueble, distribución de los ambientes y, por supuesto, la elección del mobiliario y el equipamiento respectivo.

¿Para vivienda o inversión? He aquí la pregunta que ha de responderse a conciencia antes de lanzarse a la aventura de la búsqueda, sopesando todo lo que traerá consigo dicha operación y tomando en cuenta que, en buena parte de los casos, dar vuelta atrás sería muy perjudicial para la  economía familiar.

Seguiré desarrollando esta temática en los siguientes post. Entretanto, espero sus amables opiniones en este blog o en el Facebook.


Notas aclaratorias:
(1) Ver ¿Eres un Comprador Responsable? (1) y ¿Eres un Comprador Responsable? (2)



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